Si hay algo que los líderes de equipos necesitan, de tanto en tanto, es un espacio y un tiempo para poder observarse, analizarse – y volver a potenciarse.

O quizás lo que indirectamente se evita con estas conversaciones es la complacencia inconsciente, frente a situaciones que requieren salir de piloto automático y acceder a control manual.

Volver a marcar la cancha con el propio equipo, generar espacios para co crear el futuro, gestionar el presente y aprender del pasado, da forma a la mejor versión del líder.

Si precisas que trabaje con los tuyos, avisame y coordinamos una reunión; solo se trata de acordar expectativas reales e ir chequeando avances de progreso.

Solo una advertencia: chequea y asegura la ‘química’ entre coachee y coach, ya que en esa plataforma de piel y confianza se aceleran las conversaciones que realmente importan…

Alejandro