Hasta hace poco pensábamos que el COVID nos daría más tiempo para estar con los nuestros, jugar y re-encontrarnos, para aprender algo nuevo, para re modelar la casa o para ‘bajar el ritmo’.
Y todo eso sucedió, en mayor o menor medida.
POR UN TIEMPO.
BIEN! por el que eligió hacerlo.
Y un ‘MUY BIEN’!, por el que lo convirtió en hábito.
Pero para muchos, la sensación es de ‘duelo’.
¿Por qué?
Porque cuando por factores externos disponemos de ‘tiempo’ el universo se encarga de darnos la opción de ubicarnos como protagonistas, nos pone al mando nuevamente de nuestro destino, de un minuto a la vez. La responsabilidad por cada decisión que tomamos se amplifica y, cuando eso sucede, perdemos algo: se nos va “la excusa perfecta”: queda cancelada la opción de poder decir “yo lo haría, pero ahora no tengo tiempo”
Nos hace asumir un LIDERAZGO PERSONAL que habíamos desactivado.
Buenas eran las épocas, dirá alguno en silencio, en donde podíamos apelar a su nombre para asignarle la responsabilidad de que NO nos dejara hacer todo lo que queríamos y éramos capaces de hacer. En su nombre, renunciábamos a lo que deseábamos, posponíamos conversaciones que eran importantes para nosotros y le endosábamos la potestad de nuestra agenda, física o mental.
Pero pasaron unos meses, y nuestro cerebro, que siempre busca gastar la menor cantidad de energía posible, buscó y buscó maneras de soportar ese duelo.
Y así, como por arte de magia, volvemos a encontrar la excusa perfecta: nuevamente, creemos que NO TENEMOS TIEMPO. Y de la creencia a la certeza no hay distancias reales. Trabajamos más horas que antes, todo es urgente, lo importante se desvanece y, encima, tenemos ahora la presión del auto-liderazgo.
¿No te parece sospechosa esta cobardía subconsciente?
Creo que, debemos darnos cuenta, lo antes posible, que la DECISIÓN de “en qué ocuparemos nuestro tiempo” depende, exclusivamente, de lo que PENSAMOS y SENTIMOS.
Poné foco ahí, entonces: volvé a conectar con lo que te venía haciendo humano, humana, con tu respiración, con tus prioridades, tus emociones. Tus factores internos. Tomá coraje y preguntale a tu jefe por Zoom por qué algo es ‘urgente’. Él o ella debería saberlo. O fijá tu estrategia de negocios a mediano plazo y enfocate hacia allí – – y hacelo en estado de flow -. Ya lo venías experimentando, que no se te pierda.
Y no me digas que no tenés tiempo para hacerlo, ok!
Te mando un abrazo, espero que te haya servido. Hasta el próximo podcast.
Ah, y si tenés 2 segundos más, déjame tus comentarios y dale un like al audio.
Nos vemos el viernes, bye!
Alejandro
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