Pensemos en los mensajes (silenciosos) que se sostienen invisiblemente en la atmósfera de tu Cultura organizacional…
Hay otros, pero este es solo un ejemplo.
Y lo dejo escrito, no para que te martirices con este tipo de inconsistencias, sino para que a partir de ahora, tomes conciencia del poder tóxico de estas prácticas, cuasi invisibles…
Te hablo como Jefe.
Si podés hacer algo, es el momento.
Imagina a alguien de tu equipo que llega a horario, es eficiente y termina lo que tiene que hacer, en tiempo y forma.
Imagina su cara al ver que hay otro que llega cuando quiere, se va cuando quiere y hace lo que quiere, total, nada pasa.
Eres tu el que tienes que aclarar que no solo es una cuestión de eficiencia y de resultados.
SINO UNA CUESTIÓN DE EQUIPO.
Lo que uno se demora porque otro aún no lo hizo, daña la performance colectiva, que es más importante que la individual.
Y eso tiene que estar claro.
No subestimes el poder de tu equipo.
Ni sobreestimes el poder de un solo empleado.
Recuerda: en cada uno de estos detalles, la cultura toma fuerza.
O todo lo contrario.
Y si no, ¿cómo influirías en tu Jefe para decir esto de una manera productiva, no amenazante y focalizada en la mejora continua?
Contame…
Saludos,
Alejandro
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