Alineación estratégica, competencias cruzadas, planes de sucesión, onboarding y demás procesos del área se generan para sumar valor a la gente, a la propia área y a la organización. Pero mientras eso tiene lugar, se pasa el año y… yo me pregunto: el team de HR… ¿pudo aprender algo nuevo? ¿des-aprendió con la misma profundidad? ¿y…de quién debería haber aprendido? ¿tuvo tiempo para hacerlo?¿aplicó ese conocimiento en forma práctica? ¿lo convirtió en hábito?
Se trata de compartir energía, de irradiar una conexión emocionalmente positiva con la empresa, pero también de recuperar fuerzas y sentir que uno sigue estando un paso adelante…
Como han podido ver en este blog y/o en mi website, disfruto compartiendo lo que he aprendido (y sigo aprendiendo) en Desayunos de Trabajo, Conferencias y toda oportunidad que surja para hacerlo. Es decir, que para poder estar frente a un auditorio, preciso prepararme, aprender, ya que la vara es normalmente muy alta. Pero si me remonto a momentos de mi carrera en los cuales la responsabilidad gerencial consumía gran parte de mi tiempo – como podría estar pasándole ahora a ustedes -, podría asegurarles que no aprendí a la velocidad que me habría gustado hacerlo, ni contaba con tantos recursos como cuento ahora: díganme si no les es familiar: visitas de VP (vice-presidentes funcionales) que llegan de casa matriz – y se quedan cuatro días -, la previa a eso, el día después de eso, las auditorías, los viajes, los powerpoints, las reuniones en las que ‘hay que estar’ y algunos almuerzos interminables…, todo atenta para degradar la posibilidad de parar la pelota, levantar la mirada y pensar un poco más… estratégicamente. No digo que todo lo mencionado me haya generado algo negativo, de hecho no es así: hay momentos (me refiero a reuniones de alto nivel) que me han marcado como profesional o gerente), pero el problema es que uno corre el riesgo de que ESO pase a ser el motivo para lo cual está (o ha sido) contratado, y sabemos que no es así. Mientras eso dura, uno va sintiendo más poder personal para permanecer / pertenecer y eso podría embriagar al Ego. Pero los que estamos en HR, dentro o muy cerca, sabemos que PODER PERSONAL sí se necesita en una organización pero para influenciar, para contagiar la posibilidad de crear, para asumir riesgos y mantener conversaciones difíciles. Y para eso hay que aprender, no solo el componente técnico del área (de hecho eso no creo que alguien te pueda discutir lo que haces / sabes), sino que hablo de aprender a escucharse, aprender a callarse, aprender a ser más tolerantes y aprender mecanismos para ser, más que todo, confiables.
¿Estás aprendiendo?
Algunas ideas breves para aprender en forma consciente, mientras haces otras cosas:
- Observa a la gente con la que interactúas, ‘mira’ como habla, ‘escucha’ lo que no dice, su contenido, su emoción y su intención. Luego conecta ese estilo con los resultados que obtiene, en dos niveles: a nivel de relaciones y a nivel de indicadores clave. Si lo haces varias veces, con distintas personas, encontrarás un patrón común, que convive a nivel organizacional. Luego analiza la brecha entre tu propio estilo y aquél más predictor de éxito;
- Accede a cuanta capacitación le organices a tu gente: si haces un outdoor, allí tienes que estar; si haces un curso de ventas, quédate cerca, decodificando los paradigmas que condicionan o potencian los resultados de la empresa. Usa la excusa de que ‘tienes que estar’ por ser de RH y.. .disfrútalo, nunca sabés cuándo y cómo te podría servir;
- Rodéate de consultores, coaches, mentores y otros profesionales que están un paso adelante en término de prácticas, pero que también les interese que aprendas algo durante el proceso. No hay tiempo para egoísmos en este mundo 2.0;
- Encuentra un momento para desconectarte del día a día. Y conectarte con la Excelencia. Eso es lo que esperan de vos, por lo cual tienes que estar impregnada/o de eso. No se encuentra en todas partes, pero donde aparezca, te darás cuenta de que existe.
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Alejandro
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