Les adjunto los resultados de la última encuesta “La empresa de los sueños” realizada por la consultora Cía de Talentos entre 9.720 jóvenes de más de 60 universidades de Buenos Aires y Capital Federal, que apareciera en iProfesional en el día de ayer:
http://www.iprofesional.com/index.php?p=nota_new&idx=173539
Sigan el link de arriba para ver toda la nota; solo quería incluir este cuadro y sumar algunos comentarios. Ahora veamos la nota por partes: más de la tercera parte de los encuestados expresó que lo que no puede faltar de un líder es:
“CONOCER LOS INTERESES / HABILIDADES DE SU EQUIPO DE TRABAJO Y ORIENTAR SU DESARROLLO PROFESIONAL”
Podría estar equivocado, pero…
me animo a ponerme en la mente y en el corazón de ese estudiante, futuro o actual profesional, y supongo que su versión extendida sería:
“Tengo una sensación ambivalente: por un lado sé que es casi una obligación trabajar en una empresa para aprender, para tener un CV atractivo en el futuro, para verme a mi mismo en acción y para comprender en la práctica lo que es el trabajo en equipo, la adrenalina y la satisfacción por el logro; por otro lado, la dinámica organizacional, con sus tiempos, presiones y situaciones interpersonales no es lo que más me cierra hoy. Mi segunda opción sería trabajar en forma independiente, gestionar negocios por la red y empezar a armar mi equipo, con la gente que me gusta y que elijo. Conozco un par de amigos que se prenderían. Tengo que decidir… Ok: si bien me gusta porque manejo mis tiempos, soy fiel conmigo mismo y persigo mis propios sueños, hay un componente de incertidumbre, un factor desafío que está tan afuera de mi zona de control, que no me asegura lo mínimo que necesito hoy para emprender algo. Por eso, decido que todavía no es mi tiempo para emprender: decido entrar a una organización. Pero voy a hacer algo, me convertiré en intrapreneur, trataré de volcar mi talento y habilidades para liderar proyectos dentro de esa empresa, comprender de qué se trata el sentido de urgencia y aquello de manejar eficientemente los recursos…
“En los primeros 90 días haré lo siguiente: evaluaré en qué medida mi futuro jefe se anima a conocerme, se hace tiempo para hacerlo, porque se que no abunda este tipo de líderes. Trataré de modelar aquello positivo, eso que lo ha llevado hasta allí. Aunque podría costarme al principio, estaré bien abierto a las indicaciones, pedidos concretos y expectativas relacionadas con lo que hago, porque necesito escuchar para vincular lo que estaré haciendo con mis intereses. Pero hay algo que sé hacer y quiero que lo descubra. O se lo digo? Ni una cosa ni la otra: ni espero que me lo pregunte ni se lo digo. Lo mostraré. Mostraré esa capacidad que tengo de ‘definir las causas de un problema y diagnosticar en forma efectiva’. Solo espero que forme parte de un equipo de gente talentosa en lo suyo, para que esa habilidad pueda potenciarse, sumar a otras individualidades y así construir un equipo. Creo que así se forma la carrera profesional; aún así, espero que ese futuro jefe me oriente, porque más que un jefe me serviría tener un Mentor, que simplifique el camino que une mis fortalezas con los desafíos de la empresa. ¿No pido mucho verdad?
Comentarios?
Saludos!
Alejandro
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