Empezaré diciendo que, para mí, el fin no justifica los medios, que no todo parecido con la realidad es pura coincidencia y que uno no está obligado a hacer ciertas cosas, sino que elige hacerlas.
Dicho esto…qué manera de disfrutar esta serie! Junto con mi esposa, somos de los que prefieren tener todas las temporadas a disposición, para luego ‘consumirlas’ casi una tras otra, lo que nos convertiría en algo así como ‘junkies seriales’, con orgullo.
Para quien no ha visto aún la serie (la puedes ver completa por Netflix), Walter White – personaje principal – es un profesor de Química, de típica escuela secundaria, que requiere de un segundo trabajo para poder hacer frente a sus responsabilidades y gastos (y los de su familia).
Sucede que luego de ser diagnosticado con cáncer de pulmón – y en principio, por no tener los medios para hacer frente a los costos que el tratamiento insumiría – utiliza sus conocimientos para ponerse a fabricar (`cocinar`) meta-anfetaminas de alta pureza, para luego vender al mercado.
A medida que pasaba la serie, no podía sino relacionar lo que estaba viendo con la actividad que realizamos los emprendedores, aquellos que montamos nuestros propios negocios para ofrecer productos, servicios y soluciones al mercado que apuntamos, y de allí salieron estas tres lecciones (que me sirven a mí), pero que quiero compartir con ustedes:
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Tres lecciones que podríamos aprender, según mi mirada, de esta serie:
- La CALIDAD de tu PRODUCTO te DIFERENCIA: la capacidad y expertise técnica del protagonista le permitía producir la mejor calidad de producto del mercado. De hecho, su ‘marca’ de calidad fue reconocida por clientes y competidores (y por la DEA misma). Es decir, si eres capaz de crear un producto o servicio de alta demanda por su calidad, serás tú quien ponga las condiciones. ‘Simple economics’, como él decía: produce / diseña / piensa algo de máxima calidad y… cobra más caro. El mercado está lleno de productos y servicios ‘standard’, de poca originalidad y precio bajo. Si queremos competir allí, adelante; pero tenemos que saber que la excelencia es lo que distingue a las mejores marcas – y lo que las hacer permanecer en el juego– . Apenas ponemos la ambición por el dinero por encima de la calidad del producto, el negocio se desvanece.
PREGUNTA: ¿qué es aquello que diferencia a tu producto / servicio? Si no lo sabes, pregunta a tus clientes, ellos SÍ lo saben, por eso lo compran. O TE compran. Aunque no lo sepas, ellos compran ‘blue sky’ (en la serie, lo que diferenciaba al producto), pureza, calidad y aquello que los hace sentir más. Y quienes no lo hacen, quienes no están dispuestos a pagar por ‘mercancía de primera’, quizás no sean directamente parte de tu mercado target. Pero esto tienes que tenerlo claro, en tu mente y plan de negocios, de entrada.
- Lo que SEPAS (y sigas APRENDIENDO) te mantiene VIVO: Walter White se encontró con que sus capacidades originales le sirvieron para empezar el negocio de cero pero, a medida que pasaba el tiempo, debió aprender algo más importante: debió aprender a CONFIAR en alguien. Esta competencia no la enseñan en escuelas de negocios internacionales, sino que es un mix de decisión, intuición y valor. En el mundo emprendedor, la confianza en ti mismo es el inicio – y un ícono fundamental- pero no es suficiente, si es que quieres hacer algo más grande que tú mismo. De hecho la confianza que sepas crear es tan importante, que te permite apalancarte ella para corregir el rumbo de quienes te rodean e influenciar positivamente sus emociones, ya que estas involuntariamente podrían poner en peligro toda tu imagen y reputación (en la serie, el personaje co-protagónico llamado ‘Jesse’ cometió muchos errores, técnicos o de inmadurez, de hecho algunos podrían haberles costado sus vidas); en nuestro negocio, podrían hacernos perder una licitación o crear una reputación difícil de revertir). Algo más: lo que sepas tiene vida útil y es relativamente fácil de copiar (en la serie ya tres personas sabían cómo generar ‘esa’ diferencia), por lo cual, sigue aprendiendo y mejorando; eso te mantendrá un paso adelante. Y no te olvides de la segunda competencia a aprender y practicar: negociación. Le sirvió a él y te servirá a ti cada vez más, a medida que vayas haciendo crecer tu negocio.
PREGUNTA: ¿en quién confías? ¿cómo han resultado tus últimas negociaciones? Toma un minuto para pensar sobre esto y reflexiona sobre tus respuestas. Siempre hay algo que podemos mejorar. Si no confías piensa si es por una cuestión de integridad, intención, conocimiento o resultados. Si no estuvieras negociando bien, piensa si es una cuestión de planificación previa, coraje o sentido. Pero mejora tus resultados en ambas áreas!
- NO te obnubiles con tu PASIÓN; RODEATE de gente que sepa de lo SUYO: Walter White sabía de química, pero llevar adelante todo un ‘negocio’ es otra cosa. La distribución, la cobranza, la promoción, los tiempos de producción y lo que sucede en el mercado es parte clave de la operación, y no podemos obviarlo. Y esto es cierto (por lo que se ve) en actividades legales o ilegales. El punto es que, como la mayoría de los emprendedores – en una primera fase – solemos hacer ‘un poco de todo’ – porque es la manera de ejecutar nuestro plan de negocios (y de hecho no podríamos darnos el lujo de tener a los colaboradores que quisiéramos tener de entrada), el riesgo es que nos mantengamos mucho tiempo en este lugar – por ego o visión umbilical -, sin ser capaces de delegar aquello que no hace a nuestra actividad principal. Es decir, conozcamos todo el negocio, pero dejemos que otros hagan lo que mejor saben hacer y que eso, al fin del día, sume al negocio. Algo para recordar: tu ego no puede reemplazar al sentido común, criterio y valores. No puedes arrasar a la competencia… matándola. Mejora tu producto, no tu PLAN B. Cuida tu emocionalidad. Y también tenemos que cuidarnos muy bien de las personas con las cuales nos rodeamos (Walt eligió a Jesse, quien sabía cómo se movía el mercado al que apuntaban, más allá de sus incompetencias personales).
PREGUNTA: me imagino que sabes qué es lo que mejor sabes hacer y que posiblemente otros ya lo han validado. Pero, ¿qué es aquello que deberías dejar de hacer y que otros podrían hacer casi igual, igual o mejor que tú? Tienes que seguir haciendo crecer tu negocio, no es hora de ‘administrarlo’ aún, y toda tarea no ‘esencial’ te roba tiempo, de un minuto a la vez. De tu capacidad para separar lo esencial de lo trivial depende el éxito continuo de tu negocio.
Quienes están en Recursos Humanos deberían buscar la mejor calidad de producto, porque eso es lo que consumirán sus clientes internos, llámese gerentes de unidades de negocios o empleados que interactúan con los clientes externos. Sabemos que sus presupuestos son recortados, acotados pero, por esa misma razón, cada decisión vale. De este lado les digo que es nuestra obligación profesional diseñar y ‘cocinar’ los mejores productos, con una calidad mayor al 96%…
Hagámoslo – y ahora les hablo a mis colegas -, y facilitemos a HR su trabajo de transformación interna, dentro de las organizaciones. Pero no esperemos estar ‘en las últimas’ para empezar a hacerlo – y hacerlo así a costas de mucha gente y de la peor manera – . Tomemos la decisión de hacerlo proactivamente, invirtiendo en nosotros mismos y nuestra capacidad creativa. Un mix de calidad de producto, pasión por un objetivo y coraje para tomar decisiones.
Como el protagonista, podemos hacer salir a nuestro ‘líder interno’. Todo en su justa medida.
¿Qué opinas? Me gustaría escuchar tus comentarios (y si no te gustara el post… I better call Saul!)