No creas que no respeto la gran máxima de nuestros padres y abuelos; todo lo contrario. Pero quizás lo que me animo a hacer es a repensar un poco el mandato. Veamos:
TRABAJO: no es que trabajar no sea un componente clave del éxito personal (posiblemente amas lo que haces y te ha dado tus recompensas), sino que el mandato alcanzaría su máximo valor si aclarara 2 cosas:
1. que existe la posibilidad de que no se SEPAMOS CÓMO HACERLO en forma inteligente y que…
2. no hay excusas para DAÑAR EL TEJIDO EMOCIONAL de la comunidad en la que operas, con la excusa (egoísta) de lograr más y más.
Y allí está la diferencia. Trabajar no implica indefectiblemente hacer todo uno mismo, a cualquier costo. Ni tampoco limitar sistemáticamente que la gente que nos rodea disfrute el mejor SER de cada uno de nosotros.
Si alguna de las dos anteriores se sostiene en el tiempo, estamos en problemas.
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ESFUERZO: no digo que el esfuerzo sea un componente irrelevante del éxito – me gusta operar más allá de la mi zona cómoda, ya lo saben -, sino que el peligro aparece cuando:
1. Tus reservas de energía se agotan y crees que no puedes perder tiempo para parar un minuto a recargarlas y…
2. Cuando tu voluntad de conectarte contigo mismo está tan reducida que ya ni consideras la importancia de recuperar ese diálogo.
Y allí está la diferencia. Esforzarse inteligentemente no implica indefectiblemente trabajar más horas, hasta que el cuerpo y la mente diga basta. Ni tampoco abusar sistemáticamente de todos los que nos rodean, hasta que agotemos, por default, sus propias reservas de tolerancia.
¿Y si hacés un corte?
Pensalo. Algo breve. 3 días. 2 noches. Un lugar tranquilo. Una posada. Un lago. O algo así. Para alcanzar el éxito, vale, pero haciendo del trabajo y del esfuerzo dos pilares de tu excelencia. Y para seguir apoyándote en los que te rodean, porque sin ellos se complica. Pero lo que es mejor, para poder inspirarlos con TU determinación, cuando ellos también flaqueen.
Me voy hasta el viernes, a la cabaña de la foto.
Nos vemos a la vuelta.
Sigue creciendo! Alejandro