¿Recuerdas durante el 2011 proyectos o momentos en los cuales te hayas visto involucrado, comprometido en un… 110%? Difícil de olvidarlos, pero para que los reconozcas a la distancia, fueron seguramente instantes en los que tu alineamiento interno fue muy alto – más de lo normal -. El tiempo pasaba – como suele hacerlo – pero en esas oportunidades lo hacía sin que tomaras conciencia de ello. Sabías exactamente POR QUÉ estabas dedicándote a tal o cual tarea y reconocías con precisión la verdadera fuente que inspiraba cada una de tus intervenciones. No dudabas en que la implementación – el CÓMO – reflejaría con precisión lo mejor de tu huella y, por supuesto, lo QUE buscabas hacer desafiaba en gran medida ese compuesto de experiencias y conocimientos que fuiste adquiriendo a lo largo de los años. Pero te sentías preparado para lo que pudiera suceder; te sentías a la altura del desafío. Tú ponías la vara. Te habías entrenado para eso.
¿Pudiste visualizar en tu mente esos momentos? Asumo que sí. Déjame decirte algo: aunque no lo supieras – o no hubiera sido tu intención hacerlo – el estado de liderazgo que demostraste en cada uno de esos ‘momentos de verdad’ inspiró a otros, desafió a muchos y generó muy posiblemente un espacio de aprendizaje compartido. En las organizaciones estos momentos no abundan, ni tampoco hay muchas reservas de la pasión que emana de quienes los llevan adelante. Y no abundan porque no todos están dispuestos a asumir los costos de ser protagonista, de quedar expuesto ante el público o de tener que ser la voz de una decisión: para que tengan lugar realmente hay que perseguirlos, crearlos deliberadamente y construirlos paso a paso. Como entiendo que tú lo has hecho, también apuesto a que el contexto en el que operaste quedó transformado por tu acción, quizás de una manera en la que nunca lo hubieras pensado. Por cada paso que tú avanzaste, muchos viajaron gratis, nutriéndose del eco de tu coraje. Pero hay otras personas que no, personas que aún sin saberlo guiaron tu camino, gente a la cual debes mucho del éxito del proyecto. Por esa razón te propongo que ahora te hagas este favor a ti mismo:
ELIGE TRES PERSONAS A QUIENES AGRADECERLES UNA PARTE DE TU ÉXITO LOGRADO EN 2011
Una de ellas puedes ser TU mismo, pero no te otorgues tanto crédito, trasciende esa visión umbilical el éxito. Levanta la mirada y piensa: ¿quiénes creyeron en mí? ¿quiénes me dieron una oportunidad? ¿quiénes me escucharon un minuto más que el resto? ¿quiénes se jugaron por mi idea (como siempre)? ¿quiénes crearon el espacio propicio para que mi imagen se propague? ¿quiénes atentaron contra mi autoestima, logrando que me fortaleciera, al vencer la tentación de defender mi ego? Lista a estos ‘embajadores de tu propio crecimiento’ y llámalos por teléfono. Háblales. Agradéceles. O envíales un mail, si no encuentras otra opción. Al darles las gracias te correrás del centro de la escena por un momento: ahora son ellos, sus trabajos, sus inteligencias y palabras lo que tendrás que destacar. Hazte el favor de confiar en esas personas y anímate a mostrarte vulnerable. Siéntelo, y esto te hará más humano. Ahora, ese proyecto habrá consumido parte de tu energía. Y es hora de recuperarla. Por eso, te proponga que te hagas el siguiente favor a ti mismo:
DECIDE DOS MANERAS DE VOLVER A CUIDARTE
Se trata de renovarte y de revitalizarte, para que tu presencia siga brillando – aún con más fuerza – en 2012. Liderar, decidir y hacerse responsable por las decisiones tomadas, más cuando otros deciden no hacerlo, podría haberte consumido hasta tus últimas dosis de adrenalina. Debido a que tu energía contagia, tus decisiones influyen en estados de ánimo de otros y diseñas nuevas esperanzas, a veces sobre-exiges inconscientemente tu stock de impulsores internos: exactamente lo que te hizo sobresalir en aquellos proyectos. Por esta razón (simula si no te sale pero hazlo) realiza un paseo por algún lugar despejado, más lento que de costumbre, sólo o en gran compañía; disfruta de una meditación espontánea, respira la calma, inhala y exhala, mira distinto a algo común: solo busca enfoque, una mente libre que te permita volver a sintonizar contigo mismo y conectarte con tu esencia, justamente esa que te dio el impulso para liderar cuando fue necesario. Cuando vuelvas a encontrar tu base, tu equilibrio y percibas una nueva sensación de armonía, ‘abre los ojos’ porque es hora de que te hagas el siguiente favor a ti mismo…
PERSIGUE TRES NUEVOS DESAFIOS
No puedes hacer de todo para todos durante el próximo año, es por eso que lo más sano es fijarte objetivos ambiciosos, que te ‘muevan’ durante todo el año y de los cuales estés orgulloso, al momento de narrarlos en Diciembre 2012. Pero te lo diré directamente, sin vueltas: si alguno de ellos te genera desequilibrio en tu balance ‘vida personal/trabajo’ haz lo siguiente: elige por tu familia. De esta manera no te arrepentirás; de la otra, siempre te quedará la duda. Tu grupo, tu familia, es tu prioridad. Si los team members de tu equipo valoran tu velocidad, pero tus hijos quisieran que frenes un poco… algo anda mal, algo precisa corrección. Con esta premisa en mente, elige los tres proyectos en los que te enfocarás, decide a quién involucrarás (o de quién precisas apoyo) y, lo más importante, define esta secuencia (el orden es fundamental): 1. POR QUÉ lo harás, 2. CÓMO lo harás, 3. QUÉ harás. Por ejemplo, yo lo hago de la siguiente manera: “porque sé que las empresas de todo Latinoamérica y sus equipos precisarán herramientas y estrategias efectivas de capital humano para seguir creciendo, trabajaré potenciando la productividad colectiva e individual, diseñando programas de capacitación, retención, coaching e integración”.
En resumen…
Creemos que uno de los secretos, tanto para alcanzar los propios objetivos como para ayudar a otros a que lo logren, tiene que ver con DAR. Pero es complicado DAR lo que uno TIENE, al menos en forma sostenible. Está bueno pensar en los demás, pero cuida primero de ti mismo, para poder cuidar, enseñar y aprender de otros. Me he cansado de escuchar que la máscara de oxígeno debe ponérsela uno primero, antes de asistir a otros. De eso se trata. Si no tienes tu cuerpo en forma, vital y sano, difícilmente cuentes con la energía que requiere desplegar tu máximo potencial cuando llegue el momento; si no tienes en tu espíritu un propósito que le de sentido, no tendrás un ‘norte’ al cual perseguir; y si no persigues la excelencia como hábito, como mapa de ruta, no sólo tú saldrás desfavorecido , sino también aquellos que podrían haberse iluminado con tu luz. Una vez más: capitaliza la experiencia del 2011 y crea esta cadena de favores para ti mismo: agradece, cuídate, persigue. Es la profecía que sale del corazón la que realmente valdrá en 2012.
Que tengas un gran, intenso e integro 2012!
Lic Alejandro Delobelle
Autor del e-slideBook: “Libera Hoy tu Liderazgo y Multiplica así el Valor de tu Equipo”
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