Estuve tratando de encontrar la ‘cinta de capitán’ en el brazo de Javier Mascherano (JM) y no la encontré. Por supuesto, la tenía Messi. Y bien puesta que la tiene. O sea, nunca tan claro: el liderazgo de Mascherano no tiene que ver con una posición, sino con una decisión y un estado mental. Durante el partido fue también un ejemplo, no solo de actitud sino también de energía disponible, claridad de objetivo, esfuerzo máximo y pensamiento colectivo.
Llevémoslo al trabajo: cuántas veces no actuamos (no nos arriesgamos, no nos jugamos) porque nos decimos en forma cómplice con nosotros mismos ‘en mi brazo no está la cinta’ -, sabiendo que ese dato de la realidad nos protege ante cualquier reproche. De hecho ese dato tiene la capacidad innata de convertirnos en espectadores sin culpa de lo que sucede a nuestro alrededor. Y si las cosas no salen tan bien como era esperado, la frase “igual no era mi responsabilidad” nos sigue protegiendo con firmeza contra cualquier tsunami emocional. De lo que no te protege, es de la sensación interna de que ‘podría haber hecho algo’. La sensación no se cubre fácilmente.
(continúa leyendo haciendo click en ‘continue reading’ )
Y viendo la foto, algo más: cuántas veces olvidamos la importancia de nuestra voz, lo importante de alentar a los otros miembros del grupo, dejando a un lado el típico “ellos saben lo que tienen que hacer” o “para eso les pagan“. Si recuerdan, Javier ni siquiera estaba en la lista de pateadores de penales y menos tenía que atajar. Es decir, podría haber estado haciendo cualquier otra cosa. Pero no. Estaba alentando a quien más lo necesitaba. Qué bien que se siente la voz de alguien, en el momento justo, dándonos ese plus de confianza para hacernos (cuasi) invencibles – y transmitir esa imagen.
Llevémoslo al trabajo: reunión por proyecto, reunión regional o reunión en donde hay que presentar avances o resultados, de esas en donde la tensión es alta y la emocionalidad se palpa. Le toca hablar a alguien de nuestro equipo. Si has estado en suficientes reuniones, sabrás que eso de decirle “hoy te convertís en héroe” no es normal. Es más, cuando uno habla, el resto se pone a preparar SU parte, para que la PROPIA contribución sea máxima (en el mejor de los casos), pero mostrando desinterés expreso en la mayoría de los casos.
Equivocado. Wrong. Mal.
¿Pensamos distinto?
Te propongo que consideres el enfoque JM en los próximos días, frente a los proyectos en los que estés involucrado/a, en tu organización. Se me ocurren dos preguntas dos iniciativas:
Preguntas
- ¿En qué proyectos (o fases del proyecto) deberías tomar la iniciativa para apoyar al ‘capitán’ de tu equipo (podría ser tu Jefe local, regional, Team Leader, Black Belt o quien sea que este liderando un proceso clave)?;
- ¿En qué momentos deberías escucharte, diciéndote a ti mismo: “hoy te convertirás en héroe”, como un generador de energía extra y fortaleza a prueba de obstáculos. Si nadie te lo dice, tu debes mentalmente fortalecer tu creencia, por lo tanto, adopta esa frase, que es corta y poderosa, y que resuene en tu mente, con tu propia voz, 10″ antes de una gran expectativa de performance.
Espero que lo hagas (espero que lo hagamos) pronto, muy pronto, de manera de mejorar nuestra presencia, valor y resultados, para todos.
Vamos por la final.
Alejandro