Unos de los posts que más repercusión tuvo (y digo más de 3000 vistas), fue el que escribí hace unos 2 años y se llamó “Cómo mezclar ‘Despacito’, Neurociencia y Entrepreneurship”
Hablaba de visión, plan, pasión y desafío.
Y hoy vuelvo a leerlo y asumo que el sentirse INSPIRADO por alguien o por algo, es un componente clave del éxito de un proyecto emprendedor. Sencillamente, porque su misión es ayudarte a movilizar algo internamente cuando las fuerzas flaquean, cuando las condiciones del entorno nublan oportunidades, cuando lo que ya teníamos por cobrar se diluye, cuando necesitás respirar nuevamente, cuando estamos por perder lo que veníamos logrando y/o cuando sentimos que no estamos a la altura de los desafíos – o, si lo estamos, los múltiples factores que condicionan la excelencia del emprendimiento superan nuestra capacidad para encararlos con el ‘amor’, detalle y profesionalismo con el que hubiéramos querido -.
Como yo también lo sentí, también busqué inspiración.
Alguna vez te diré dónde la encontré. Lo que sí me llama la atención, lo más paradójico, es que las personas que se convirtieron en mi inspiración nunca supieron que lo fueron. Y esa es una de las derivadas del mundo digital en el que vivimos (aunque de aquí a poco, ya se los agradeceré personalmente!)
Pero la buena noticia es que hay un atajo que se puede tomar, basado en el ‘camino del héroe’ de un otro, en su iniciativa, oportunidad y coraje, que nos facilita luego lo que nosotros podríamos hacer, pero sin pagar los primeros costos/errores asociados. Y nos obliga a seguir compartiéndolo.
Si querés aprender de ese círculo, si querés mantener tu motivación cuando la cosa se ponga difícil, si querés proteger tu sueño emprendedor, si querés fortalecer tu consultora, te espero en esta comunidad/membresía:
Cerramos el viernes 16/8; sumate antes.