Segundos afuera. Primer round…
Te voy a contar algunas cosas para que actives tus mecanismos de alerta y orgullo.
Y sí, porque si te seleccionaron para esa posición, algo de lo que has hecho o dicho, pensado o imaginado, movilizó la intención de alguien para decidirse por vos – y apostar a tu talento -.
Te felicito.
Vieron tu pasta de líder, pero ahora quieren más: quieren que conectes tus fibras de liderazgo con un proyecto concreto de perfil transformador.
Te subieron la vara y a disfrutarlo: vas por buen camino!
Esas son las buenas noticias.
¿Hay de las otras?
Bueno, no es que sean malas, sino que en la mayoría de los procesos de cambio, el camino está lejos de estar llano.
El tema es así: a lo largo del viaje estarás movilizando, a veces jaqueando o quizás desestabilizando, directa o indirectamente, 2 elementos que establecen tanto el perímetro como el potencial de la organización: sus procesos y sus sistemas internos de creencias.
¿Y sabés a quién pertenecen?
Ambos a personas que, muy posiblemente, aún se encuentran dentro de la organización, y que probablemente, consideran que son ‘sus’ procesos y que forman parte de ‘sus’ rutinas de certeza.
Y ahí es donde se complica: te convertiste en potencial amenaza.
No es real la amenaza, pero su percepción es lo que cuenta (te convierte a sus ojos en alguien ‘peligros@”)
Y ahí es donde no hay mucha literatura qué anticipe cómo deberías actuar para estar a la altura de este (nuevo) desafío, que proviene más de egos en peligro que de desafíos del negocio.
Si este contexto o situaciones te resultaran tan familiares como posibles, aquí van 3 tips que podrían fortalecer, aún más, ese espíritu desafiante que hoy podría estar causando tensión en más de una generación:
1. APROPIATE Y ALINEATE CON EL OBJETIVO DEL PROYECTO:
si hay algo que podría debilitarte y ponerte vulnerable a lo largo del viaje es tu no-comprensión / alineación con el propósito de la transformación que comenzarás a generar. Puede que tu Jefe te haya puesto ahí, pero si realmente querés poner tu máximo talento en acción, asegurate de comprender y ‘comprar’, internamente, el motivo que subyacerá a cada una de tus acciones.
2. FORTALECÉ TU PROPÓSITO:
este paso es muy importante y, para que puedas sacar lo mejor de este momento, el proyecto tendrá que alinearse con tus propias expectativas de carrera, visión de crecimiento personal e imagen de vos mism@. Si no lo hacés, estarás permitiendo que comentarios al voleo – pero implícitamente dedicados a vos – vayan desactivando tu poder personal, ese que te trajo hasta acá. Los escucharás cuestionar tu ‘conocimiento del negocio’, tu antigüedad en la empresa, tu background diferente, tu falta de resultados o cualquier otra dimensión que limite tu iniciativa. Y podría doler. No lo permitas. Fortalecé tu propósito. Lo único que puede quitarle fuerza a este proceso de cambio es que pierda el sentido para el que fue creado, pero dejá que eso sea algo que solo vos puedas juzgar.
3. EXPANDÍ TUS REDES DE APOYO:
si en algún momento las cosas se ponen feas (alguien ‘importante’ quedó en offside por una jugada oportuna tuya – aunque no hubiera sido intencionalmente negativa) no querrás estar sol@ cuando este sujeto comience a desplegar sus conexiones y juzque tu accionar. Tu competencia natural para establecer relaciones de confianza, primero, y tu capacidad para construir redes políticas, después, podrán sacarte de más de una vez de una situación incómoda.
Ok, todo esto es anecdótico, comparado con la magnitud de lo que aprenderás transitando la transformación en la que estás o estarás inmers@. Te felicito nuevamente.
Así que confiá en vos, en tus redes y en el proyecto y, así, todo brote epidémico de alta virulencia podrá ser detenido por ese ‘kit de inmunidad’ que autogeneraste, el cual evitará tu decepción y contagio.
Hasta la próxima – y que nada ni nadie te detenga -!
Alejandro
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