Pensar * Planear + Sentir * Actuar = proximidad a tu sueño o cambio

Gente de HR, veamos nuestro aporte al Liderazgo del Cambio desde la Matemática (KPIs aparte…)

¿Recuerdan qué decían aquellas primeras reglas que nos enseñaban en Matemática?

El orden de los factores no altera el producto” (esa te la acuerdas!).

Y la otra:

Todo aquello multiplicado por 0 da..0”. Y esta es la que nos interesa.

Déjame que te explique por qué.

Podríamos simplificar mucho si pensamos que PENSAR y PLANEAR forman parte de la RAZÓN (no se te ocurra pensar de que ‘porque estás pensando, estasplaneando a la vez’ – no intervienen los mismos procesos -) y que SENTIR y ACTUAR forman parte de la PASIÓN (tampoco aquí ni te aventures a creer que ‘porque sientas algo eso te moverá a la acción’, ya que hacer algo distinto requiere más que un sentimiento). Pero nos sirve como una manera de simplificar términos.

Ahora: trae a tu mente un proyecto de cambio que estés implementando o por implementar, que le aplicaremos la fórmula:

 

PIENSA:

¿cuál sería el beneficio concreto de hacerlo?

¿el costo de no hacerlo?

¿quiénes ayudaron a crear el problema y aún persisten en la organización (cuidado, podrían ser tus principales detractores)

¿qué reputación, imagen o ego resultaría beneficiado si esto saliera bien?

¿qué pasaría si esto no sale como lo tengo pensado?

¿es una iniciativa ‘one-shot-, digo, que empieza y termina con un impacto tangible de corto plazo o… estás queriendo convertirte en leyenda?

 

PLANEA

(si ya te respondiste las preguntas anteriores, vamos a darles un PLAN)

BENEFICIOS: solía organizarme así: los iré calculando mensualmente, comunicando personalmente y acumulando anualmente. El responsable del cálculo será (tal) y las variables a considerar: X, Y, Z.

COSTO: suelo pensar que siempre hay un costo de oportunidad oculto, es decir que lo que invierta y gaste en el proyecto A ya no lo podré utilizar para el B, C o D. Así es que el pensar POR QUÉ este proyecto, en este momento y con las capacidades actuales, supera a cualquier otro.

Todo esto te da una RAZON para hacerlo.

Pero aún te falta un MOTIVO.

(o si no recuerda cuantas veces te ‘mandaste’ a hacer algo sin haberlo pensado mucho, solo tomaste aire y ya…)

WILL IT EASY

Y ahí es donde entra la segunda parte de la fórmula: la PASIÓN.

Pasión por hacer, por ayudar, por transcender. Tú dime.

Pero es lo que te mueve. Y te levanta cuando las cosas se compliquen.

Porque, aún optimista como soy, me preparo para el momento en que las cosas se confabulen para reírse en mi cara de la pasión y, sin que medie señal, se olviden, cuesten el doble y/o tarden el triple.

Pero me preparo para las sorpresas, en honor a mi Misión.

Y sigo…

SIENTE

A corazón abierto, y si hubiera vuelta atrás, ¿lo seguiría intentando una vez más?

Si bien siento que estoy comprometido con el proyecto, ¿siento que no estoy preparado para abandonarlo cuando varias señales me demuestren que ya es tiempo de abortarlo?  Es decir, siento que podré responder con firmeza cuando mi conciencia me diga: ‘Ale, hasta acá, no más. Aprendé de esto y movéte rápido hacia otra cosa; esto no da para más’. Si siento que no estoy lo suficientemente atento y alerta como para activar mis radares, suelo poner ‘pausa’. Y vuelvo al punto 1. Vuelvo a Pensar.

 

ACTUA

No me cuesta mucho actuar, porque ya les he hablado de que lo que más me molestaría de mí mismo es verme inactivo. Y si encima lo apoyo una y otra vez con mi frase: “yo no fracaso, o me va bien o aprendo” – sigo haciendo de esta la creencia un impulsor virtuoso, que se convalida sistemáticamente como parte de la arquitectura de mi carácter.

Pero aquí recuerda que actuarás cuando tengas un MOTIVO para hacerlo.

PIENSA cuál puede ser y SIENTE que quieres hacerlo.

Y el pequeño-gran cambio habrá empezado. Porque si alguno de los elementos de la ecuación es cero… bueno, ya sabes.

– Alejandro