Relevar las necesidades de capacitación no es lo difícil…

Lo difícil es tratar con responsables de área que no perciben valor agregado en tu gestión.

Digo, las reuniones de relevamiento que agendaba, presenciaba o intervenía – en otra vida, cuando era Gerente de Capacitación – solían tener, en su inmensa mayoría, el sabor de una reunión productiva, conversada y amena, hasta podría llamarla ‘didáctica’, ya que aprendía del negocio y su contexto.

Es más, me ayudaban a seguir conociendo a esos interlocutores con los que me comunicaba mayormente por mail y de los cuales desconocía sus oficinas, rasgos de personalidad, motivaciones e historias.

Hasta que llegaban ell@s.

Ell@s? Sí, quienes nunca dirían que no querían hacer capacitación, analizar cuadros de sucesión, definir altos potenciales o planear futuras búsquedas, pero sus acciones hablaban por ellos: limitaban su participación en el relevamiento y se apoyaban en la historia pasada, como escudo para fortalecer su estrategia de que ‘ya estaba todo inventado’.

Y no era solo en capacitación, sino también en reuniones para encuestas de clima, tests o notas para la comunicación interna.

Simplemente mi trabajo los desenfocaba del suyo.

Y aprendí a hacer algo que me ayudó mucho; ahora te lo cuento.

Si te pasa – o te pasó -, tratá de hacer estas 3 cosas:

1.    INTERESATE POR ELLOS ante de pretender que se interesen por VOS: te los tenés que ganar, obvio. Pero sin ser obsecuente, solo elevando tu interés genuino por aprender de su propio negocio. De paso, no te hará mal (muchas veces los de HR sabemos de muchas cosas menos de cómo se gana dinero realmente en la empresa en la que estamos…)

2.    BUSCÁ UN ALIADO, esto es, fíjate, internamente, a quién admira, a quién escucha, al lado de quién se sienta… Y luego influencia positivamente a esa persona. Que te vea cerca de él / ella. El tema es que la voz de esa persona se convierta en tu embajadora silenciosa y, cuando menos lo pienses, podrías estar recibiendo un mail para una reunión en su oficina!

3.    EMPEZÁ DE A POCO, no se trata de convertirlo en tu mejor amigo, solo de ir demostrando cómo tu contribución facilita su trabajo o acelera su camino a resultados. Entrá al

Bonus: sacate una selfie con esta persona y su equipo cuando percibas que se convenció de tu aporte y acredítale el espacio, tiempo y oportunidad que te brindó. Nuevamente, son caricias a su ego, pero igual lo harías con cualquier otro jefe, no? Solo que acá no te olvides. Y antes de ‘irte’ déjate la ventana abierta para el siguiente proyecto – verás que esta vez, no será tan difícil.

Buena suerte y acción intencional, ok?

Saludos

Alejandro